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Ana Ruiz y el latido libre del jazz experimental en México

 

El sonido desobediente

 

El jazz no nació para encajar. Y si alguien entendió eso en carne viva, fue Ana Ruiz, pianista que desde hace cinco décadas ha convertido la improvisación en un manifiesto. El Centro Cultural Alicia rinde homenaje a su trayectoria con una residencia sonora que reunirá a músicos esenciales del jazz experimental en México. No se trata solo de conciertos, sino de una declaración de principios: el arte también es memoria, cuerpo colectivo, provocación.

Ana no siguió el camino que le marcaba la academia. Aunque su formación clásica inició en el Conservatorio Nacional, fue el encuentro con las posibilidades abiertas del free jazz lo que marcó su vida. En los años setenta, una joven mujer que decidía improvisar frente a un teclado no solo hacía música: desafiaba las reglas. Atrás del Cosmos, el grupo que fundó junto a Henry West y Mann, abrió una grieta desde la cual comenzaron a filtrarse otras formas de escuchar, de componer, de estar en el mundo.

El homenaje 50 años de experimentalismo en México no es una revisión nostálgica, sino una resonancia activa del legado de Ruiz. Cada concierto está pensado como una extensión viva de su lenguaje: el 7 de agosto, ARMS (Ana Ruiz con Mauricio Sotelo), acompañados por Carlos Greco y Emilio Gordoa, encenderán la primera chispa de este ciclo. La noche abrirá con el regreso del dueto Carlos Marks, tras un largo silencio.

El 14 de agosto, La Cocina se reactiva tras años de pausa, con figuras como Ariel Guzik, Alain Derbez, Jazzamoart y Evodio Escalante. Para quienes conocen la historia de este país a través del arte de lo no domesticado, esta reunión será una auténtica joya en tiempo real. La velada arrancará con Bardo Thodol, proyecto de electrónica progresiva que es, por sí mismo, una rareza.Y para cerrar agosto con la densidad que la ocasión exige, el día 21 Ana Ruiz Cuarteto subirá al escenario con Milo Tamez, Luis Chino Ortega y Roberto Tercero. Como invitada, la presencia singular de Deborah Silberer y su ensamble Los Perros de la Luna de Moondog, un grupo que evoca al outsider más entrañable del siglo XX.

Más allá de los aplausos o los homenajes oficiales, la música de Ana Ruiz sigue siendo una forma de resistencia. Una puerta abierta para quienes no aceptan la repetición, para quienes necesitan que el arte sea riesgo y descubrimiento.

@ana.ruizortiz.1