“Todas las sacudidas repercuten en mí y siento el peso de la tierra contra mis costados”, la línea de horizonte queda muy alta, lejana a nosotros. Un cuerpo apenas visible, aparecido desde la primer capa de proceso de la pintura, yace bajo un bloque de campo de color verde, sepultado, pero presente. En esta pintura, hay un interés en evocar a través de la metáfora y la sensación material de los recursos formales, la vulnerabilidad de nuestro cuerpo ante las fuerzas del mundo y del devenir, y lo efímero de mi propia presencia en el tiempo que habito.