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Loose Blues: diseño independiente entre Japón y México

 

Un susurro de madera, telas y tinta
que se despliega con pausa entre dos culturas

 

En una ciudad que se mueve con urgencia, hay lugares donde el tiempo se estira. Donde el diseño no busca imponerse, sino sugerir. En una antigua casona de la colonia Juárez, Loose Blues se transforma en un umbral hacia otra forma de habitar la estética: una que no se rige por la prisa, ni por la novedad, sino por el encuentro entre culturas y la contemplación.

Fundado por Jacqueline Mota y Shota Kimura, el proyecto ha evolucionado desde sus días como restaurante de cocina fusión a convertirse en una plataforma donde convergen el diseño japonés, la moda independiente y las experiencias culturales pensadas para sentirse con el cuerpo entero. Hoy, Loose Blues no solo viste, también hospeda. Es tienda, galería, archivo sensorial y conversación abierta.

Fotografía: Cortesía

Más que una boutique de ropa, Loose Blues funciona como un ecosistema curado con precisión y afecto. Aquí no hay colecciones ni temporadas. Lo que importa es la historia que guarda cada pieza. Desde chamarras bordadas hasta gorras con tipografías callejeras, los objetos reunidos provienen de marcas japonesas como Radiall, Softmachine o Todayful, todas ellas seleccionadas por su autenticidad y coherencia estética. La narrativa visual va del imaginario vintage a la gráfica del tatuaje, de la funcionalidad cotidiana a la experimentación poética.

Radiall aporta una nostalgia pulida, con referencias al american casual que adquieren nuevos matices bajo la mirada japonesa. Softmachine borda el cuerpo con declaraciones que parten de la tinta para hablar del alma y lo político. Todayful, por su parte, apuesta por una estética serena: cortes que fluyen, materiales que acarician y formas que acompañan sin imponerse.

Fotografía: Cortesía

Cada rincón del espacio resuena con esa misma lógica. La arquitectura habla en tonos bajos: madera que cruje, luz natural que se filtra, objetos que se sienten más encontrados que dispuestos. Aquí no hay excesos, sino una elegancia que prefiere decir poco y significarlo todo. Loose Blues propone un lujo sin ostentación, un diseño que no busca brillar, sino permanecer.

Fotografía: Cortesía

Como parte de su faceta cultural, el espacio presenta Vámonos que ya nos vieron, exposición del artista Carlos Álvarez-Montero que traza vínculos entre memoria, identidad y resistencia. La muestra se acompaña de una serie de actividades sensoriales: escucha de vinilos de chicano soul, cocina reinterpretada desde lo chicano con ingredientes nipones y mexicanos, y un ánimo de comunidad que se cuela en cada detalle.


Loose Blues es menos un lugar que una actitud: una manera de mirar con detenimiento, de elegir con atención, de moverse con intención. No busca imponer un estilo, sino permitir que cada quien descubra el propio, al ritmo que necesite.

@loose_blues